Corre, anda, para.
La libertad se escapa de mis manos más rápido que el agua caerá entre mis dedos. Mira la ventana y verás llover. La gente teme a la lluvia. Se mojaran, piensan. Y yo no quiero mojarme, creen. Solo unos pocos VALIENTES quieren andar entre las gotas para disimulas sus propias lágrimas, que serán de felicidad rota.
Hoy mi tristeza es tan dulce como el azúcar, pero me sabe salada y me hace caer. Felicidad efímera, que se evapora tras unos segundo. VÍBORAS que se la llevan, sonrisas que la ocultan.
El juez ya lanzó el disparo de salida y yo quedé atrás, viendo el mundo avanzar parada. Toman diferentes direcciones de un laberinto donde solo los afortunados y tramposos ganan, corrompiendo los segundos a los primeros. VIDA injusta, pero no puedo asegurar creer en algo que realmente lo sea. Siempre lo habrá a ojos de alguien.
Oda a los poetas desconocidos, pues nunca se darán a conocer ya sea lo más triste o hermoso de este mundo.
Oda a los artistas excepcionales, que aunque sean capaces de dibujar una persona idéntica a la realidad siempre serán superados por una ralla.
Oda a los escritores, pues la fantasía y los sueños se han quedado atrás. Solo les supera la cruda realidad, oculta tras el poder de la política.
Oda a los inocentes, pues ya no existen.
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